Más que dar soluciones constructivas, el diseñador es un personaje que proyecta e identifica los problemas, los bautiza, analiza, propone y comunica desde el amplio espectro de conocimientos transversales, criterios fundantes de forma y acto. Estos criterios son los que enriquecen al diseño como una disciplina, que no se duerme sobre teorías constructivas formales y de moda, puesto que el fin del diseño no es más que abrir el mundo en su globalidad y particularidad.
Cuando hablamos de apertura, nos referimos al hecho de no concluir una forma, un proyecto, siempre ha de quedar cabida a una siguiente pregunta. No existe el proyecto terminado, ningún objeto está cerrado y concluso, por que en sí lo usuarios no lo son.
Los hombres y mujeres cambian, las culturas se transforman, los hábitos tienden a establecer constantes luchas entre objeto y modo. Los paradigmas formales y de uso comienzan a ceder ante la avalancha tecnológica, se comienzan a distinguir ciertos tipos de usuarios, un porcentaje grande de diversas culturas, incluida la tercera edad, se ve mermada en su capacidad de interacción por lo complejo de las nuevas interfaces. Cada vez más los nuevos llamados diseñadores se enfrascan en discusiones sobre figura y estética, con proyectos de una burdaza aterradora. Se jactan de estar más cerca del Salón internacional de Milán, y la verdad lamentablemente lo están.
Para hacer diseño no basta construir artificios, no basta con seguir referentes exitosos ni pretender que una forma absurda pueda pasar por innovadora, no. El diseño requiere ser alimentado, el diseño es un proceso de proyecto, entendamos que podemos diseñar desde un juguete hasta la planificación de un complejo programa espacial o prontamente, una secuencia de ADN para la sanación de ciertas patologías.
El alimento del diseño es la investigación, los nutrientes, la diversificación de los diversos temas y la saciedad, es la respuesta a las preguntas surgidas durante el proceso.
En los primeros años de formación académica se adiestra al estudiante en la principal herramienta del diseñador, la observación analítica. Básicamente consiste en la capacidad aguda de detectar, a través de una mirada acuciosa y un pensamiento perspicaz, problemáticas referidas a la usabilidad, los actos humanos comprometidos con el entrono artificial y la presencia de dificultades generadas por los objetos o su ausencia. En la diversidad del resto de compromisos académicos, modelan por la pasarela bastantes tipos de conocimientos y recetas de diseño, algunos de mayor riqueza intelectual, otros que no aportan en generar una visión integral de la significación del diseño.
Sin embargo y he de detenerme en un concepto recurrente y principalmente importante, el usuario. Generalmente se tiende a pensar al usuario como un ente casi exclusivamente dedicado a la adquisición de productos y servicios. Tendemos a olvidar que cualquiera sea el objeto diseñado y vendido, este se encuentra inmerso dentro de una cadena y ciclo de vida, el que está compuesto por varios tramos y usuarios. Pero lo más importante sin duda es la relación del cuerpo con lo artificial, la conjunción hombre – objeto. Es interesante pensar que podemos llegar a entender como hombre, podríamos enfocarnos en la estructura biomecánica y dinámica. O bien en un concepto psicológico de actitudes y raciocinios determinados culturalmente. O en su inherente naturaleza distintiva y particular. Como sea se mire, es necesario, desde cualquier punto de vista, estudiar una serie de disciplinas tales como la biomecánica, la psicología, antropometría, antropología y sociología para poder obtener ciertos criterios que permitan discernir soluciones fácticas para el diseño de objetos o interfases. Es que es evidente que no se puede diseñar o construir algo sin saber sobre el formato y las herramientas con las que se quiere construir. ¿Qué sería del pintor si este no conociese los sustratos, los pinceles o pigmentos?, ¿Qué pasaría si comenzase a pintar pero no conoce el tamaño ni las características de la tela?, sería casi como si pintase ciegamente.
En este momento podríamos hacer la siguiente pregunta y la dejo arrojada al lector para su cuestionamiento y raciocinio : ¿es posible concebir la existencia de un diseñador que no conozca al hombre antropomórficamente?.
gustavo
Cuando hablamos de apertura, nos referimos al hecho de no concluir una forma, un proyecto, siempre ha de quedar cabida a una siguiente pregunta. No existe el proyecto terminado, ningún objeto está cerrado y concluso, por que en sí lo usuarios no lo son.
Los hombres y mujeres cambian, las culturas se transforman, los hábitos tienden a establecer constantes luchas entre objeto y modo. Los paradigmas formales y de uso comienzan a ceder ante la avalancha tecnológica, se comienzan a distinguir ciertos tipos de usuarios, un porcentaje grande de diversas culturas, incluida la tercera edad, se ve mermada en su capacidad de interacción por lo complejo de las nuevas interfaces. Cada vez más los nuevos llamados diseñadores se enfrascan en discusiones sobre figura y estética, con proyectos de una burdaza aterradora. Se jactan de estar más cerca del Salón internacional de Milán, y la verdad lamentablemente lo están.
Para hacer diseño no basta construir artificios, no basta con seguir referentes exitosos ni pretender que una forma absurda pueda pasar por innovadora, no. El diseño requiere ser alimentado, el diseño es un proceso de proyecto, entendamos que podemos diseñar desde un juguete hasta la planificación de un complejo programa espacial o prontamente, una secuencia de ADN para la sanación de ciertas patologías.
El alimento del diseño es la investigación, los nutrientes, la diversificación de los diversos temas y la saciedad, es la respuesta a las preguntas surgidas durante el proceso.
En los primeros años de formación académica se adiestra al estudiante en la principal herramienta del diseñador, la observación analítica. Básicamente consiste en la capacidad aguda de detectar, a través de una mirada acuciosa y un pensamiento perspicaz, problemáticas referidas a la usabilidad, los actos humanos comprometidos con el entrono artificial y la presencia de dificultades generadas por los objetos o su ausencia. En la diversidad del resto de compromisos académicos, modelan por la pasarela bastantes tipos de conocimientos y recetas de diseño, algunos de mayor riqueza intelectual, otros que no aportan en generar una visión integral de la significación del diseño.
Sin embargo y he de detenerme en un concepto recurrente y principalmente importante, el usuario. Generalmente se tiende a pensar al usuario como un ente casi exclusivamente dedicado a la adquisición de productos y servicios. Tendemos a olvidar que cualquiera sea el objeto diseñado y vendido, este se encuentra inmerso dentro de una cadena y ciclo de vida, el que está compuesto por varios tramos y usuarios. Pero lo más importante sin duda es la relación del cuerpo con lo artificial, la conjunción hombre – objeto. Es interesante pensar que podemos llegar a entender como hombre, podríamos enfocarnos en la estructura biomecánica y dinámica. O bien en un concepto psicológico de actitudes y raciocinios determinados culturalmente. O en su inherente naturaleza distintiva y particular. Como sea se mire, es necesario, desde cualquier punto de vista, estudiar una serie de disciplinas tales como la biomecánica, la psicología, antropometría, antropología y sociología para poder obtener ciertos criterios que permitan discernir soluciones fácticas para el diseño de objetos o interfases. Es que es evidente que no se puede diseñar o construir algo sin saber sobre el formato y las herramientas con las que se quiere construir. ¿Qué sería del pintor si este no conociese los sustratos, los pinceles o pigmentos?, ¿Qué pasaría si comenzase a pintar pero no conoce el tamaño ni las características de la tela?, sería casi como si pintase ciegamente.
En este momento podríamos hacer la siguiente pregunta y la dejo arrojada al lector para su cuestionamiento y raciocinio : ¿es posible concebir la existencia de un diseñador que no conozca al hombre antropomórficamente?.
gustavo
2 comentarios:
Existen algunos elementos que son diseñados para facilitar la vida de las personas, es cierto. Y seguramente esto está conectado al avance del tiempo, de la tecnología.
hacer todo lo posible en un minimo de tiempo, rapido, facil, bueno, bonito, barato, productivo, y con cada nuevo avance, mas accesible. Que mejor!?¿
Existen una infinidad de productos, objetos, servicios, que son diseñados para facilitarle al Hombre su rutina, sus labores... Pero lamentablemente a veces estas que parecen ser "Nuevas soluciones" son en verdad "Nuevas Necesidades" que en realidad no pertenecen a la Naturaleza del Hombre.
Es como si con cada nueva "Solución para simplificar la vida de las personas" a través de estos nuevos productos, servicios, se interviniera en los hábitos y los parámetros de las personas.
La sociedad empuja a la Humanidad a usar lo ofertado, a necesitarlo.
Sino simplemente "te quedas en el pasado".
Pero hasta que punto esas "carencias" por las cuales se trabaja, son verdaderamente Nesecidades del Ser Humano?¿
Ahora resulta que las necesidades parecen ser tamb. Como un producto que se lanza al mercado con la solución incluida… y por el Mismo Costo! que ofertazo no??!!
Se analiza el contexto, se observan los hechos y fenómenos, las posibles dificultades, se diseña "la solución" y con eso el resultado es "una nueva dependencia". Y no estoy en desacuerdo con el uso de la Creatividad ni con los deseos de mejorar la calidad de vida de las personas, como podría estarlo si son básicos para enfrentar los cambios en la evolución. Con lo que estoy en desacuerdo es con la trasgresión de estos principios, la manipulación de las personas, la poca capacidad de reflexión estas, ciegas por la Nueva oferta casi sin poder de dedición, movilizados por las masas... En contra de la creación de nuevas y falsas insuficiencias.
Tengo fe en el Diseño como Disciplina productora de herramientas que simplifican las Necesidades, las carencias, no generadora de estas. Lamentablemente es un circulo donde es casi imposible verificar el punto de partida... que es primero el “Problema o la Solución”... algo así como “pienso, luego existo”... parece obvia la Respuesta! Pero es fácil engañarse y entrar en el Juego del consumismo inconciente. Innecesario!
Así como un Músico entrega su composición creada para el deleite de otros, un Pintor su obra para que los demás la aprecien, un Diseñador (a través de sus propias herramientas, que van mas allá de lo material) una infinidad de posibilidades para los demás, como regalo que invita a una mirada y concepción simple, minimalista, sencilla y creativa de formas de abordar la Vida y sus complicaciones... sintiéndola simple, para que nuestra preocupación solo sea la conciencia de Ser y Estar… y por supuesto, Interactuar! Sin complejos, ya que siempre se puede Crear/diseñar la Solución.
Excelente redacción. Sin duda, una introducción fantástica de la necesidad de aplicar la ergonomía como proyecto en el ámbito del diseño de entornos para el comfort de las personas y la salud laboral...
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