
Todo esto comprenderán, insinua y genera exclusivos y adaptables objetos para cada cultura. Cosa bastante compleja y rara de pensar. A veces la globalización se entromete con los objetos de consumo diario y nos hace secar el pelo como los ingleses y lavarnos los dientes como los alemanes. Quizás no existan grandes diferencias formales, las diferencias antropométricas pueden estar dentro de rangos ajustables y aceptables. El gusto del consumidor es totalmente moldeable y de a poco nos vamos acostumbrando al concepto de el "unico estilo". ¿Qué es lo preocupante?, en mi visión lo procupante es esa sensación que quiere proyectar el mercado acerca de la personalización de los productos y de como estos están proyectados para ti. Claro puedes cambiar una carcaza, el color, hasta un poco la forma, pero el objeto es el mismo, no plantea soluciones personales sino que se encarga de seducirte tan sólo eróticamente.
Abría que comenzar a plantearse si los objetos que consumimos y adquirimos realmente responden a nustras necesidades, pensar si ese objeto de la cocina es realmente útil de acuerdo a mis tiempos de consumo, de acuerdo a la cantidad de veces que lo uso, de acuerdo a si es tán frágil que me demoro el doble en lavarlo por que requiere más cuidado. Derechamente preguntarse donde se vive y como se quiere vivir, los objetos son el resultado de las necesidades no una especie de estamento jurídico al que hay que acomodarse.
gustavo.
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